Eran unos niños pobres que estaban pidiendo una limosna en la calle.
De repente un señor les dice:
– Veniros a mi casa, os daré de comer-. Los niños muy agradecidos fueron a su casa cada día para comer y ellos vivieron felices gracias a ese buen hombre.
Deja un comentario
Lo siento, debes estar conectado para publicar un comentario.